Hoy por la mañana acudí a supervisar las guías de una planta de chayote que estoy tutorando (según yo). Las reviso para ver qué tanto han crecido y si ya puedo encauzarlas por el rumbo correcto. Una de las metas es que se trepen a un árbol vecino, porque el de origen casi no tiene ramas y no hay espacio suficiente para ellas; pero, ocurrió que, en vez de retoños, en un par de guías que ya iban teniendo éxito, me encontré esta sorpresa:
Obviamente me desconcerté y, en un principio pensé que se habían quebrado, pero no encontré nada tirado, así que todo era un misterio; mismo que se resolvió como a media tarde cuando, al salir a la calle, volteé a ver hacia el jardín y ¡oh sorpresa! distinguí una sombra algo voluminosa sobre el naranjo.
He aquí a la bandida.
Con las manos en las hojas jajajajajajaja
Ahora la duda por resolver es si el chayote logrará crecer más rápido de lo que ella se lo come...