Pata de perro...

Pues comencemos por el principio:

No tengo muchos medios; pero Dios me ha bendecido con la oportunidad de conocer varios lugares de mi hermoso México, a los que he llegado en ocasiones como turista, en otras como peregrina y, con bastante frecuencia, casi por casualidad.

Por largo tiempo he acariciado la idea de mostrar un poquito de mis viajes en este blog; pero el tiempo y la desorganización me habían impedido arrancar el proyecto y la sección "Viajes y Cultura" parecía condenada a mostrar el "próximamente" hasta la eternidad; sin embargo, no hay plazo que no se cumpla ni sueño que no se realice; así que, ahora bajo el nombre de "Pata de Perro" en alusión a la conocida frase que utilizamos en México cuando salimos a pasear ("Me fui de pata de perro a..."), de vez en cuando, procuraré colocar aquí algún reporte de esos lugares que he visitado

=P confieso que, hasta hace muy poco, no había tomado conciencia de la magnífica oportunidad de capturar imágenes y pues, adelanto que los más lejanos en el tiempo carecerán de la debida documentación visual (Ahora que estoy aprendiendo a expresarme por este medio he comprendido lo útil que es registrar hasta el menor detalle XD); sin embargo, espero que los disfruten y que les resulten interesantes y/o de utilidad.

Atracciones turísticas, lugares perdidos en la historia o totalmente comunes, breves instantes o simples detalles captados al pasar. Creo que cada espacio tiene su magia, y que, aunque sea pobremente, la lente de una camarita media chafa es útil a la hora de inmortalizar momentos.

Los relatos de esta sección diferirán un poquito de los que presento en las demás secciones porque trataré de estructurarlos como una reseña; intentaré complementarlos lo más que se pueda, conforme el tiempo y los recursos lo permitan.

El viajar es un encuentro, un compartir, un diálogo con lo desconocido que se traduce en una riqueza espiritual y un crecimiento del alma difícil de explicar: una conversación con extraños, la amigable sonrisa de un transeúnte, el voltear en la misma esquina por la que caminó alguna vez "x" personaje, una comida típica, y los sonidos de las conversaciones de quien pasa a tu lado teñidos con los acentos característicos de cada región; la risa, el berrinche repentino, las visicitudes, los golpes de generosidad, las recomendaciones "de boca en boca", las sorpresas agradables y desagradables, el enfrentarte directo a una realidad que otros sólo verán a través de una imagen, equivale a vivir un año en un día. Así lo creo. Y por eso, cada que se presenta la oportunidad, arrojo una muda de ropa a mi mochila consentida y me dirijo hacia el rumbo que Dios traza para mí.

¡Bienvenidos!