Una escena cotidiana (¡hasta el perro lombriciento y corriente! cruza de quién sabe cuántas razas...¡¡yo he tenido varioooooos!! XD), enclavada en el camellón del ingreso a la zona arqueológica El Tajín, en el municipio de Papantla, Veracruz. Una obra que, tal vez, pase desapercibida a la mayoría de los turistas, debido a que se encuentra oculta entre los numerosos puestos de artesanías que atiborran el acceso. Y es que, cada día parecen ser más, y el espacio construido originalmente para el comercio hace ya mucho tiempo dejó de ser suficiente.
Sin querer, pienso en la realidad cotidiana de la gente indígena, no sólo de la región del Totonacapan, sino del resto del país, que también pasa desapercibida, que ve pasar iniciativas y planes de gobierno sin apenas cambio en sus condiciones de vida y en medio de una lucha por conservar su cultura y tradiciones. Algo que debería ser orgullo y testimonio eclipsado por convencionalismos económicos.
¿Cuándo será el día en que el concepto "civilización" deje de ser exclusivo de formas "occidentales" y primer mundistas? ¿Cuándo será el día en que los locales abramos los ojos y comencemos a comprender, a dejarnos asimilar y a inculturizarnos en vez de permanecer ciegos y hacer de los otros objeto de curiosidad turística?
A mi parecer esta familia refleja el drama de muchas, que tienen que aprender, que adaptarse, que buscar brechas entre la mismísima zona arqueológica incluso, porque ahora, sus vías ordinarias de comunicación, su hábitat mismo... es de otros...
La Warri ^_~
