Sufro de un extraño agotamiento estos días; una peculiar disociación entre mente y cuerpo que no me ha permitido hacer todas las cosas que quisiera todo lo rápido que deseo porque, mientras mi mente duerme mi cuerpo se activa, y cuando mi mente se activa mi cuerpo no da para más.
Cuando esto me sucede me la paso bobeando de página en página y leyendo noticias atrasadas y hasta viendo televisión (cosa que detesto). Curiosamente, entre estos ires y venires me ha tocado enterarme de situaciones relevantes relacionadas con la ecología y otros menesteres. No lejos esta noche acabo de ver en "Las noticias con Adela" que un bloque de hielo gigantesco (isla) se ha desprendido por allá por Groenlandia y que el agua almacenada en él alcanza para abastecer a la totalidad de habitantes de los Estados Unidos durante veinte días. Me consta que los gringos están un poco chiflados, pero algunas de sus ondas pegan y bien; así que no pude evitar pensar que ojalá pudieran poner manos a la obra y comenzar a llenar tanques con esa agua para evitar desperdiciarla; digo, ya me tocó ver cómo convertían un desértico ex-pantano en laguna allá por los rumbos de Texas, así que espero que no esté lejos el día en que puedan dar algún uso interesante a las paletas planetarias en vez de dejar que el mar se las trague él solito y no nos invite ni un cubito. Aunque lo más idóneo sería que, en primer lugar, que pudiésemos restituir a nuestro planeta a las condiciones climáticas adecuadas para que esas cosas continuaran donde están en vez de andar a la deriva y para que Groenlandia y todo lo relacionado al Polo Norte se queden en ese extremo del planeta en lugar de andar invadiendo latitudes que no les competen.
Total que el mundo está vuelto loco con el desorden climático y ya se habla de que las inundaciones en Pakistán ha causado daños peores y más damnificados que el Tsunami de 2004, el sismo de Pakistán en 2005 y el reciente terremoto en Haití; aunque, por supuesto, no hay tantas pérdidas humanas debidas a ello, como en los otros desastres naturales citados (al menos una buena noticia).
En fin, entre una y otra cosa, me topé con un artículo que sí está, literalmente, pedorro; y es que... ¡Ahora resulta que las ventosidades del ganado vacuno (y de todo tipo) aportan a la atmósfera una cantidad considerable de gases de invernadero! y que, probablemente, en un futuro cada vez más cercano y mientras no se solucione ese problema, sea visto como medida necesaria e ineludible el adiós a las vacas y sus deliciosos productos.
U.u
U__u
U__________u
No, no y ¡no!
Eso sí no lo consiento: cualquier cosa menos renunciar a mis amadas vacas vivas y/o en canal. Y aquí me hago eco de la conclusión de dicho artículo, escrito por un autor jarocho, y que hace referencia a ciertos productos típicos de nuestro estado: "¿Cómo sería el mundo sin mantequilla de Capulines, sin crema de La Noria, sin queso de Tempoal, sin salsa de chicharrón? Sufro."
U.u
U__u
U_________u
Yo también sufro...
La Warri ^_~
Cuando esto me sucede me la paso bobeando de página en página y leyendo noticias atrasadas y hasta viendo televisión (cosa que detesto). Curiosamente, entre estos ires y venires me ha tocado enterarme de situaciones relevantes relacionadas con la ecología y otros menesteres. No lejos esta noche acabo de ver en "Las noticias con Adela" que un bloque de hielo gigantesco (isla) se ha desprendido por allá por Groenlandia y que el agua almacenada en él alcanza para abastecer a la totalidad de habitantes de los Estados Unidos durante veinte días. Me consta que los gringos están un poco chiflados, pero algunas de sus ondas pegan y bien; así que no pude evitar pensar que ojalá pudieran poner manos a la obra y comenzar a llenar tanques con esa agua para evitar desperdiciarla; digo, ya me tocó ver cómo convertían un desértico ex-pantano en laguna allá por los rumbos de Texas, así que espero que no esté lejos el día en que puedan dar algún uso interesante a las paletas planetarias en vez de dejar que el mar se las trague él solito y no nos invite ni un cubito. Aunque lo más idóneo sería que, en primer lugar, que pudiésemos restituir a nuestro planeta a las condiciones climáticas adecuadas para que esas cosas continuaran donde están en vez de andar a la deriva y para que Groenlandia y todo lo relacionado al Polo Norte se queden en ese extremo del planeta en lugar de andar invadiendo latitudes que no les competen.
Total que el mundo está vuelto loco con el desorden climático y ya se habla de que las inundaciones en Pakistán ha causado daños peores y más damnificados que el Tsunami de 2004, el sismo de Pakistán en 2005 y el reciente terremoto en Haití; aunque, por supuesto, no hay tantas pérdidas humanas debidas a ello, como en los otros desastres naturales citados (al menos una buena noticia).
En fin, entre una y otra cosa, me topé con un artículo que sí está, literalmente, pedorro; y es que... ¡Ahora resulta que las ventosidades del ganado vacuno (y de todo tipo) aportan a la atmósfera una cantidad considerable de gases de invernadero! y que, probablemente, en un futuro cada vez más cercano y mientras no se solucione ese problema, sea visto como medida necesaria e ineludible el adiós a las vacas y sus deliciosos productos.
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No, no y ¡no!
Eso sí no lo consiento: cualquier cosa menos renunciar a mis amadas vacas vivas y/o en canal. Y aquí me hago eco de la conclusión de dicho artículo, escrito por un autor jarocho, y que hace referencia a ciertos productos típicos de nuestro estado: "¿Cómo sería el mundo sin mantequilla de Capulines, sin crema de La Noria, sin queso de Tempoal, sin salsa de chicharrón? Sufro."
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Yo también sufro...
La Warri ^_~
